Enseñar a hacer bien un mapa, un dibujo, esto es secundario. Lo fundamental es desarrollar la conciencia social (del niño). Destruir prejuicios (...) combatiendo el egoísmo. El maestro que conoce a medias, enseña a conocer a medias. (...) La indiferencia cívica es intolerable. No es perdonable vivir a espaldas de los problemas. Hay que estudiarlos, sentirlos (...) Mientras no exista una corriente de solidaridad es inútil ensayar métodos (...) Habremos perdido el tiempo. Nadie es feliz si no lo es el vecino. No se puede ser feliz con el egoísmo en el corazón. (Hay que) aspirar al bienestar, oponerse a la injusticia política, económica y social. Y si nosotros consideramos a la escuela como en gran parte responsable de la educación social, y creemos que las Ciencias Sociales pueden contribuir a la formación de una conciencia cívica, debemos formar en el alumno hábitos de cooperación y participación (...) El maestro debe ser el ejemplo más acabado de cooperación y solidaridad dentro y fuera de la escuela (...) Si queremos educar para la vida democrática debemos ser veraces. Se necesita tener valor para hacerlo. (...) El maestro no debe tener doctrinas. Su deber es enseñar la verdad y por la verdad (...)El hombre debe ser en todo momento el punto de partida y punto de llegada. (...) El niño debe ser defendido por la verdad aun a costa de nuestra seguridad. (...) El alumnos debe aprender a través de una vida activa de cooperación, de ayuda mutua, de compañerismo y responsabilidad. Es por ese camino que aprende a capacitarse como ciudadano de una democracia. (...) La educación no puede ser valorizada sobre la base de la mera enseñanza. Su contenido debe ser fundamentalmente político en cuanto se refiere a a formar la democracia, aplastar el fascismo, detener los imperialismos y crear una conciencia colectiva, constructiva y fraternal que asegure a las nuevas generaciones una vida liberada económicamente, con libertad de acción y pensamiento. El haber dado una educación exageradamente individualista ha creado una sociedad que desconoce sus propios intereses.
miércoles, 28 de marzo de 2018
A las maestras y maestros
Olga Cossettini, Actas de reuniones docentes N° 4 y 1, 1948.
Enseñar a hacer bien un mapa, un dibujo, esto es secundario. Lo fundamental es desarrollar la conciencia social (del niño). Destruir prejuicios (...) combatiendo el egoísmo. El maestro que conoce a medias, enseña a conocer a medias. (...) La indiferencia cívica es intolerable. No es perdonable vivir a espaldas de los problemas. Hay que estudiarlos, sentirlos (...) Mientras no exista una corriente de solidaridad es inútil ensayar métodos (...) Habremos perdido el tiempo. Nadie es feliz si no lo es el vecino. No se puede ser feliz con el egoísmo en el corazón. (Hay que) aspirar al bienestar, oponerse a la injusticia política, económica y social. Y si nosotros consideramos a la escuela como en gran parte responsable de la educación social, y creemos que las Ciencias Sociales pueden contribuir a la formación de una conciencia cívica, debemos formar en el alumno hábitos de cooperación y participación (...) El maestro debe ser el ejemplo más acabado de cooperación y solidaridad dentro y fuera de la escuela (...) Si queremos educar para la vida democrática debemos ser veraces. Se necesita tener valor para hacerlo. (...) El maestro no debe tener doctrinas. Su deber es enseñar la verdad y por la verdad (...)El hombre debe ser en todo momento el punto de partida y punto de llegada. (...) El niño debe ser defendido por la verdad aun a costa de nuestra seguridad. (...) El alumnos debe aprender a través de una vida activa de cooperación, de ayuda mutua, de compañerismo y responsabilidad. Es por ese camino que aprende a capacitarse como ciudadano de una democracia. (...) La educación no puede ser valorizada sobre la base de la mera enseñanza. Su contenido debe ser fundamentalmente político en cuanto se refiere a a formar la democracia, aplastar el fascismo, detener los imperialismos y crear una conciencia colectiva, constructiva y fraternal que asegure a las nuevas generaciones una vida liberada económicamente, con libertad de acción y pensamiento. El haber dado una educación exageradamente individualista ha creado una sociedad que desconoce sus propios intereses.
Enseñar a hacer bien un mapa, un dibujo, esto es secundario. Lo fundamental es desarrollar la conciencia social (del niño). Destruir prejuicios (...) combatiendo el egoísmo. El maestro que conoce a medias, enseña a conocer a medias. (...) La indiferencia cívica es intolerable. No es perdonable vivir a espaldas de los problemas. Hay que estudiarlos, sentirlos (...) Mientras no exista una corriente de solidaridad es inútil ensayar métodos (...) Habremos perdido el tiempo. Nadie es feliz si no lo es el vecino. No se puede ser feliz con el egoísmo en el corazón. (Hay que) aspirar al bienestar, oponerse a la injusticia política, económica y social. Y si nosotros consideramos a la escuela como en gran parte responsable de la educación social, y creemos que las Ciencias Sociales pueden contribuir a la formación de una conciencia cívica, debemos formar en el alumno hábitos de cooperación y participación (...) El maestro debe ser el ejemplo más acabado de cooperación y solidaridad dentro y fuera de la escuela (...) Si queremos educar para la vida democrática debemos ser veraces. Se necesita tener valor para hacerlo. (...) El maestro no debe tener doctrinas. Su deber es enseñar la verdad y por la verdad (...)El hombre debe ser en todo momento el punto de partida y punto de llegada. (...) El niño debe ser defendido por la verdad aun a costa de nuestra seguridad. (...) El alumnos debe aprender a través de una vida activa de cooperación, de ayuda mutua, de compañerismo y responsabilidad. Es por ese camino que aprende a capacitarse como ciudadano de una democracia. (...) La educación no puede ser valorizada sobre la base de la mera enseñanza. Su contenido debe ser fundamentalmente político en cuanto se refiere a a formar la democracia, aplastar el fascismo, detener los imperialismos y crear una conciencia colectiva, constructiva y fraternal que asegure a las nuevas generaciones una vida liberada económicamente, con libertad de acción y pensamiento. El haber dado una educación exageradamente individualista ha creado una sociedad que desconoce sus propios intereses.
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