sábado, 16 de noviembre de 2013

Ética y Deontología Profesional

Apuntes de clase:
Fecha: 27/09/2013
Tema: Ética de la liberación. José Luis Rebellato
José Luis Rebellato
Datos biográficos de Jose Luis Rebellato: nació en Canelones, Uruguay en 1946 y falleció en Montevideo en 1999. Doctor en Filosofía de la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, autor de numerosos trabajos sobre ética, pedagogía de la liberación y educación popular. Los temas centrales alrededor de los que giró su obra fueron:   
*      Necesidad de un pensamiento crítico latinoamericano.
*      Denuncia del neoliberalismo.
*      Coherencia entre teoría y práctica.
*      Ética como soporte: le preocupaban los sectores populares, construir una sociedad justa y solidaria.
Buscaba la forma de, y lo ve como un desafío, construir un modelo de democracia participativa (recordemos Morín), basada en la justicia social, en la participación ciudadana, y denunciando y luchando contra las formas de dominación lograr una verdadera democracia fundada en las pluralidades y diversidades, desconfiaba de las unanimidades (pensemos ¿a qué hace referencia con esto de las unanimidades?).
La encrucijada para él está ligada con el desarrollo de la autonomía, a su capacidad para encontrar caminos propios, o generar poder a partir de una verdadera participación. Para lograrlo, la ética, la política y la educación son fundamentales, la educación es una acción política y siempre sostenida por una opción ética, esto implica procesos de aprendizaje y de desaprendizaje (pensemos ¿qué tendríamos que desaprender?). En este sentido ve al poder como un dispositivo de aprendizaje, no como estrategia de manipulación, volveremos sobre este tema más adelante.
Rebellato plantea que la cultura dominante se caracteriza por depositar el ejercicio de la ciudadanía en expertos, técnicos, políticos, se despolitiza la figura del ciudadano/a. Sus funciones las cumplen los expertos. En este sentido Néstor García Canclini, en su libro “Consumidores y ciudadanos”, busca entender cómo los cambios en la manera de consumir, propiciados por la economía capitalista globalizada, han alterado las posibilidades y las formas de ser ciudadano. García Canclini aclara que siempre el ejercicio de la ciudadanía estuvo ligado a la capacidad de apropiarse de los bienes y a los modos de usarlos, pero esas diferencias se saldaban por la igualdad en derechos abstractos que se concretaban al votar, al formar parte de un partido político o un sindicato, junto a la descomposición de la política y el descreimiento en sus instituciones, otros modos de participación ganan fuerza…[1]
El neoliberalismo tiene la capacidad para penetrar y moldear el imaginario social, los valores que orientan nuestro comportamiento. Retoma la idea de Habermas, de que el sistema necesita anclarse en la vida cotidiana para neutralizarla. Esto crea nuevas subjetividades con nuevas patologías como el miedo a la exclusión, o patologías ligadas a la violencia como el rechazo o la competitividad, afectando también el concepto de calidad de vida (¿qué significa vivir con calidad?). En este contexto se pierde el valor del otro como alteridad dialogante por el otro como alteridad amenazante, así, triunfan los que saben cuidarse del otro, todo reforzado por los medios de comunicación que enfatizan y aumentan la sensación de inseguridad y amenaza.
Esta versión del capitalismo, construye sentido apoyado sobre la base de la normalidad[2], o sea, se nos presenta como irresistible, el único viable, ya que llegamos al fin de la historia[3]:
*      Es un pensamiento construido sobre un lenguaje con pretensión de universal.
*      Es un discurso[4] fuerte, se erigen en  vencedores.
*      Generó creencias profundas aun en quienes sufren las consecuencias.
*      El lenguaje de la globalización se convirtió en una matriz de pensamiento desde el cual se consolida la creencia de que quien no entra en ella, queda afuera de la historia, la globalización de las comunicaciones y la tecnología en general quedan  atrapadas en este juego neoliberal.
*      Como contrapartida, se valora lo local y la multiplicidad de expresiones culturales como única forma de resistencia a esta embestida global.
*      El pensamiento único se consolida cuanto más se naturaliza y disminuye nuestra capacidad crítica[5].
*      En esta matriz del discurso hegemónico confluyen varios imaginarios sociales[6].
*      Así, el imaginario de la tecnología impone el modelo de la razón instrumental, el imaginario de la posmodernidad que propone un ética débil, sin deber, que termina en un planteo nihilista y en el sin sentido de un mundo alternativo (volveremos sobre esto). El imaginario de la despolitización de los ciudadanos. El imaginario de la aceptación del sistema en que vivimos pues no hay otra alternativa. Todos estos y algunos más se conjugan para dar lugar a una cultura de la desesperanza y conformar identidades de sumisión.
Como dijimos, la fuerza de estos imaginarios está en su capacidad de penetración en la personalidad, por eso la colonización ética-cultural es difícil de combatir.

Trabajo con consignas del cuadernillo: SER SUJETO págs. 38 – 42

Apuntes de clase:
Fecha: 01/11/13
Ética de la liberación y la resistencia desde la dignidad del sujeto popular:
Rebellato entiende el imaginario posmoderno (recordar concepto de Castoriadis) que, más allá de los aportes sugerentes en el campo de la diversidad y del sentido de la incertidumbre, termina en un planteo nihilista y en el sin sentido de un mundo alternativo, ¿por qué? Porque choca con la idea de globalización, el mercado necesita globalizarse, entre otros mecanismos el de transformar en moda todo lo que se le opone como manera de canalizar la rebeldía hacia actividades  inofensivas o que no alteren su proyecto. Por ejemplo, un imaginario social es el que sostiene que tenemos que aceptar el sistema en el que vivimos, pues carecemos de la posibilidad de construir alternativas, éste, articulado con otros imaginarios se conjugan y dan lugar a una cultura de la desesperanza y a una identidad de sumisión. Su fuerza está en la capacidad de penetración  en nuestra personalidad.
Foucault dice que ninguna práctica social sobrevive sin un poder que la sostenga. Pero él tiene una idea particular de poder. No hay un centro único de poder, explica, lo que hace que el poder se sostenga y sea aceptado por la mayoría no es solo el uso de la fuerza, sino por que produce discursos (ver nota al pie 4).Y producir discursos es formar un saber. ¿Qué quiere decir Foucault cuando indica que el poder no está totalmente centralizado? Básicamente quiere decir que, cada familia, cada escuela, cada hospital, y demás instituciones sociales son pequeños centros de poder. No hay una sola persona que detenta todo el poder concentrado, como un rey, por ejemplo, o una ley una ley única a obedecer. Es en la vida cotidiana donde va a encontrar argumentos para demostrar que toda práctica social se sostiene en un discurso, que todo discurso es un saber, y que ese discurso, ese saber, es también un ejercicio de poder. En este sentido el poder tiene una capacidad enorme de imponer verdad (la suya) y sofocar las otras (Nierzsche: “no hay hechos, hay interpretaciones). El poder crea saber y el saber está vinculado a sistemas de poder que lo producen y lo sostienen.
Por esto dice Rebellato, la colonización ético-cultural es difícil de combatir. En este contexto una ética de la liberación debe dar relevancia a la dignidad, como eje central de un pensamiento y una práctica emancipadora.
¿Qué es ser digno? Ser digno es ser “valioso”, es un valor inherente al ser humano por lo tanto implica exigir el reconocimiento como  sujetos, confiar en nuestras propias capacidades y potencialidades de vivir y luchar, esto es fundamental para ser autónomos, es un valor histórico que se construye.
Cambiar la historia desde la iniciativa popular, expresada en la lucha, porque la cultura de nuestro pueblo es una cultura de lucha. El pensador uruguayo critica los espacios que se dicen alternativos pero que terminan reproduciendo las relaciones de asimetría, la dominación y la concentración del poder propios de la lógica del sistema. ¿Cómo zafar de esto? Aquí es donde deben comenzar la lucha la ética y la práctica social liberadoras, considerando algunos nuevos valores éticos.
Para esta tarea emancipadora trae a colación los aportes de Edgar Morín y la ética de la comprensión (tema visto). De Morín especialmente retoma el principio hologramático: “el todo está en la pate que está en el todo”, esto significa que podemos construir alternativas globales desde todos los espacios, las partes pueden anticipar la transformación del todo.
Si la globalización se impone con fuerza desde la hegemonía neoliberal, la construcción de proyectos alternativos también debe ser globalizadora, debe apuntar a transformar la sociedad, promoviendo una ética asentada en la vuelta del sujeto viviente que ha sido desplazado.
La dignidad es fuente de lucidez porque permite ver lo olvidado y negado por oprimido. Supone repensar nuestra forma de percibir la realidad. Rebellato retoma una expresión de Geertz y dice que la dignidad solo puede ser captada recurriendo al método de las “descripciones densas[7] (o gruesas) pues no se puede comprender fuera de un contexto de lucha y alternativa.
Es necesario unir dignidades tejiendo redes. De allí la importancia que da a la categoría de resonancia, avanzar tejiendo vínculos con otras luchas, buscando respuestas y escuchando ecos. Una ética de la dignidad se construye desde los lazos comunitarios.
Suele decirse que el atraso cultural bloquea el desarrollo político, esto, además de ser una falacia, solo logra desvalorizar el saber y la cultura popular. La resonancia nos hace replantear el proceso de constitución  de los movimientos populares, la conciencia política se genera desde la experiencia, la vivencia, está ligada a la vida cotidiana, con nuestras historias de vida y con la construcción de identidades. Los procesos de cambio que se gestan desde este lugar se afianzan con más fuerza.
Por todas partes se hacen posibles nuevos terrenos de lucha. Las subjetividades marginales, al ser producto y analistas de la tendencia de mando, al ser los que padecen y conocen el poder con todo su rigor, son los que mejor lo resisten.
Los caminos de la complejidad. Las redes de la vida:
Rebellato apela al pensamiento complejo (Morín), supone un cambio en nuestra percepción de la realidad y los valores, un cambio de paradigma. Fritjof Capra también tiene una visión holística de la vida, dice: el hombre es una hebra de la trama de la vida, parte de un sistema (ecología profunda), desde la ecología social se plantea que algunas estructuras sociales son anti ecológicas, por ejemplo: el imperialismo, el racismo, etc.
Capra propone un cambio, pasar de la asertividad hacia la integración. La cultura occidental puso el acento en la tendencia asertiva que se rige en el plano del pensamiento, el modelo racional, reduccionista, en el plano de los valores, se sustenta en la expansión, la competencia, la dominación. La integración, sin embargo, se rige por la intuición, la cooperación, se asienta en la sustentabilidad, o sea, cambiar de jerarquías a redes en la organización social. Unido a estas ideas se plantea el de estructuras disipativas (Illya Prigogine). La vida no puede definirse por la tendencia al equilibrio, el equilibrio es la muerte. La vida se desarrolla en términos de tensión entre estabilidad y transformaciones permanentes pero ese desorden (caos), no le hacen perder su estructura organizativa: es una estructura disipativa.
Pensar y actuar en redes, cambiar la dialéctica clásica por una dialéctica abierta: bifurcación, o sea, procesos que se abren más que se cierran o sintetizan.
Maturana, por su parte agrega que la vida se define por el concepto de autopoiesis= creación a sí mismo, a nivel humano esto implica un salto cualitativo, todas nuestras acciones tienen un fundamento emocional, la emoción que debe guiarnos es el amor, porque es la que hace al otro un legítimo otro en la convivencia.
Rebellato para no caer en el reduccionismo de transferir los análisis físico-matemáticos a los fenómenos sociales,  introduce la categoría de subjetividad. ¿Qué es ser sujeto? Desde una ética de la autonomía, señala algunas dimensiones de la subjetividad: a) ser sujeto es poder elegir; b) ser sujeto no  es ser solitario; c) es poder ser autónomo; d) ser sujeto es formar parte de comunidades donde construimos nuestra identidad, la autonomía se construye con otros; e) ser sujeto es vivir la experiencia de la contradicción.[8]
Fritjof Capra plantea que la decadencia ocurre cuando una cultura se vuelve demasiado rígida. Una nueva civilización supone un alto nivel de flexibilidad, creatividad e imaginación, éste tipo de cambios son promovidos por los movimientos anti- sistema, de una complejidad de redes.
Algunas corrientes sociológicas recurren a la categoría de “redes sumergidas”[9], porque los movimientos se van construyendo según esquema complejo.
Desde el paradigma de la complejidad, de la diversidad  y de la multiplicidad se propone actuar en redes, desarrollar vínculos afectivos, fortalecer las identidades. Pero también se advierte que, a veces, desde los movimientos sociales se ahoga la diversidad, se pierde contacto con los códigos éticos y culturales que les dieron nacimiento. Es un paradigma en construcción, y los momentos de crisis son propicios para su desarrollo. También se transforma la compresión lingüística de la realidad: el pensamiento simplificador habla fundamentos, edificio, bases y cimientos (terminología mecanicista, arquitectónica) por el contrario pensadores como Deleuze y Guattari habla de flujos, líneas de fuga, cartografía, espacio, meseta, rizoma,  metáforas que aluden a multiplicidades. Freire, por su parte, habla de un educador nómade, haciendo referencia a la necesidad de no autocentrarse en su verdad, sino descentrarse, salir al encuentro del otro.









[1] García Canclini, Néstor. “Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización”. GRIJALBO. 1995. Pág. 13.
[2] Para más información  sobre este tema, consultar Foucault, Michel. “Vigilar y Castigar nacimiento de la prisión”. Siglo XXI
[3] Fukuyama, Francis. “El fin de la historia y el último hombre” 1992.
[4] Discurso: práctica de un conjunto de enunciados que responden a ciertas reglas implícitas de exclusión y de inclusión, es decir, de qué es lo que dejamos afuera y qué es lo que ponemos dentro.
[5] Por eso la necesidad de anclarse en la vida cotidiana, ya que la fuerza de lo habitual por efecto de la repetición, genera el adormecimiento de nuestro sentido crítico.
[6] Imaginario social es un concepto acunado por Cornelius Castoriadis y hace referencia a las representaciones sociales encarnadas en sus instituciones, es usado habitualmente como sinónimo de mentalidad, cosmovisión, conciencia colectiva.
[7] Descripciones densas: metodología y concepto desarrollado por el antropólogo Cliffort  Geertz como método alternativo para el análisis del comportamiento social, los rituales para desenterrar todas las capas de sentido social con el fin de lograr una interpretación holística de lo que los diferentes aspectos de la sociedad significan para quienes participan en ello.
[8] Para ampliar éste tema, consultar bibliografía: Rebellato José Luis. Ética de la Liberación. Editorial Nordan-Comunidad, 2000, Pág. 39 en adelante.
[9] Las organizaciones tienden a ser cada vez más horizontales, menos jerarquizadas, más flexibles, con múltiples nodos y conectadas a numerosas microrredes o células  que pueden ser rápidamente activadas, a éstas microrredes Alberto Melucci las llama “redes sumergidas”.

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