Apuntes
de clase:
Fecha:
27/09/2013
Tema:
Ética de la liberación. José Luis Rebellato
José Luis Rebellato |
Datos biográficos de Jose Luis Rebellato: nació en Canelones, Uruguay
en 1946 y falleció en Montevideo en 1999. Doctor en Filosofía de la Pontificia
Universidad Salesiana de Roma, autor de numerosos trabajos sobre ética,
pedagogía de la liberación y educación popular. Los temas centrales alrededor
de los que giró su obra fueron:
Necesidad de un pensamiento crítico
latinoamericano.
Denuncia del neoliberalismo.
Coherencia entre teoría y práctica.
Ética como soporte: le preocupaban los sectores
populares, construir una sociedad justa y solidaria.
Buscaba la forma de, y lo ve como un desafío, construir un modelo de
democracia participativa (recordemos Morín), basada en la justicia social, en
la participación ciudadana, y denunciando y luchando contra las formas de
dominación lograr una verdadera democracia fundada en las pluralidades y
diversidades, desconfiaba de las unanimidades (pensemos ¿a qué hace referencia
con esto de las unanimidades?).
La encrucijada para él está ligada con el desarrollo de la autonomía,
a su capacidad para encontrar caminos propios, o generar poder a partir de una
verdadera participación. Para lograrlo, la ética, la política y la educación
son fundamentales, la educación es una acción política y siempre sostenida por
una opción ética, esto implica procesos de aprendizaje y de desaprendizaje
(pensemos ¿qué tendríamos que desaprender?). En este sentido ve al poder como
un dispositivo de aprendizaje, no como estrategia de manipulación, volveremos
sobre este tema más adelante.
Rebellato plantea que la cultura dominante se caracteriza por
depositar el ejercicio de la ciudadanía en expertos, técnicos, políticos, se
despolitiza la figura del ciudadano/a. Sus funciones las cumplen los expertos.
En este sentido Néstor García Canclini, en su libro “Consumidores y ciudadanos”,
busca entender cómo los cambios en la manera de consumir, propiciados por la
economía capitalista globalizada, han alterado las posibilidades y las formas
de ser ciudadano. García Canclini aclara que siempre el ejercicio de la
ciudadanía estuvo ligado a la capacidad de apropiarse de los bienes y a los
modos de usarlos, pero esas diferencias se saldaban por la igualdad en derechos
abstractos que se concretaban al votar, al formar parte de un partido político
o un sindicato, junto a la descomposición de la política y el descreimiento en
sus instituciones, otros modos de participación ganan fuerza…[1]
El neoliberalismo tiene la capacidad para penetrar y moldear el
imaginario social, los valores que orientan nuestro comportamiento. Retoma la
idea de Habermas, de que el sistema necesita anclarse en la vida cotidiana para
neutralizarla. Esto crea nuevas subjetividades con nuevas patologías como el
miedo a la exclusión, o patologías ligadas a la violencia como el rechazo o la
competitividad, afectando también el concepto de calidad de vida (¿qué
significa vivir con calidad?). En este contexto se pierde el valor del otro
como alteridad dialogante por el otro como alteridad amenazante, así, triunfan
los que saben cuidarse del otro, todo reforzado por los medios de comunicación
que enfatizan y aumentan la sensación de inseguridad y amenaza.
Esta versión del capitalismo, construye sentido apoyado sobre la base
de la normalidad[2], o
sea, se nos presenta como irresistible, el único viable, ya que llegamos al fin
de la historia[3]:
Es un pensamiento construido sobre un lenguaje
con pretensión de universal.
Es un discurso[4]
fuerte, se erigen en vencedores.
Generó creencias profundas aun en quienes sufren
las consecuencias.
El lenguaje de la globalización se convirtió en
una matriz de pensamiento desde el cual se consolida la creencia de que quien
no entra en ella, queda afuera de la historia, la globalización de las
comunicaciones y la tecnología en general quedan atrapadas en este juego neoliberal.
Como contrapartida, se valora lo local y la
multiplicidad de expresiones culturales como única forma de resistencia a esta
embestida global.
El pensamiento único se consolida cuanto más se
naturaliza y disminuye nuestra capacidad crítica[5].
En esta matriz del discurso hegemónico confluyen
varios imaginarios sociales[6].
Así, el imaginario de la tecnología impone el
modelo de la razón instrumental, el imaginario de la posmodernidad que propone
un ética débil, sin deber, que termina en un planteo nihilista y en el sin
sentido de un mundo alternativo (volveremos sobre esto). El imaginario de la
despolitización de los ciudadanos. El imaginario de la aceptación del sistema
en que vivimos pues no hay otra alternativa. Todos estos y algunos más se
conjugan para dar lugar a una cultura de la desesperanza y conformar
identidades de sumisión.
Como dijimos, la fuerza de estos imaginarios está en su capacidad de
penetración en la personalidad, por eso la colonización ética-cultural es
difícil de combatir.
Trabajo
con consignas del cuadernillo: SER SUJETO págs. 38 – 42
Apuntes
de clase:
Fecha:
01/11/13
Ética de la liberación y la resistencia
desde la dignidad del sujeto popular:
Rebellato entiende el imaginario posmoderno (recordar concepto de
Castoriadis) que, más allá de los aportes sugerentes en el campo de la
diversidad y del sentido de la incertidumbre, termina en un planteo nihilista y
en el sin sentido de un mundo alternativo, ¿por qué? Porque choca con la idea
de globalización, el mercado necesita globalizarse, entre otros mecanismos el
de transformar en moda todo lo que se le opone como manera de canalizar la
rebeldía hacia actividades inofensivas o
que no alteren su proyecto. Por ejemplo, un imaginario social es el que
sostiene que tenemos que aceptar el sistema en el que vivimos, pues carecemos
de la posibilidad de construir alternativas, éste, articulado con otros
imaginarios se conjugan y dan lugar a una cultura de la desesperanza y a una
identidad de sumisión. Su fuerza está en la capacidad de penetración en nuestra personalidad.
Foucault dice que ninguna práctica social sobrevive sin un poder que
la sostenga. Pero él tiene una idea particular de poder. No hay un centro único
de poder, explica, lo que hace que el poder se sostenga y sea aceptado por la
mayoría no es solo el uso de la fuerza, sino por que produce discursos (ver
nota al pie 4).Y producir discursos es formar un saber. ¿Qué quiere decir
Foucault cuando indica que el poder no está totalmente centralizado? Básicamente quiere decir que, cada familia,
cada escuela, cada hospital, y demás instituciones sociales son pequeños
centros de poder. No hay una sola persona que detenta todo el poder
concentrado, como un rey, por ejemplo, o una ley una ley única a obedecer. Es
en la vida cotidiana donde va a encontrar argumentos para demostrar que toda
práctica social se sostiene en un discurso, que todo discurso es un saber, y
que ese discurso, ese saber, es también un ejercicio de poder. En este sentido
el poder tiene una capacidad enorme de imponer verdad (la suya) y sofocar las
otras (Nierzsche: “no hay hechos, hay interpretaciones). El poder crea saber y
el saber está vinculado a sistemas de poder que lo producen y lo sostienen.
Por esto dice Rebellato, la colonización ético-cultural es difícil de
combatir. En este contexto una ética de la liberación debe dar relevancia a la dignidad, como eje central de un
pensamiento y una práctica emancipadora.
¿Qué es ser digno? Ser digno es ser “valioso”, es un valor inherente
al ser humano por lo tanto implica exigir el reconocimiento como sujetos, confiar en nuestras propias
capacidades y potencialidades de vivir y luchar, esto es fundamental para ser
autónomos, es un valor histórico que se construye.
Cambiar la historia desde la iniciativa popular, expresada en la
lucha, porque la cultura de nuestro pueblo es una cultura de lucha. El pensador
uruguayo critica los espacios que se dicen alternativos pero que terminan
reproduciendo las relaciones de asimetría, la dominación y la concentración del
poder propios de la lógica del sistema. ¿Cómo zafar de esto? Aquí es donde
deben comenzar la lucha la ética y la práctica social liberadoras, considerando
algunos nuevos valores éticos.
Para esta tarea emancipadora trae a colación los aportes de Edgar Morín y la ética de la comprensión
(tema visto). De Morín especialmente retoma el principio hologramático: “el todo está en la pate que está en el
todo”, esto significa que podemos construir alternativas globales desde todos
los espacios, las partes pueden anticipar la transformación del todo.
Si la globalización se impone con fuerza desde la hegemonía
neoliberal, la construcción de proyectos alternativos también debe ser
globalizadora, debe apuntar a transformar la sociedad, promoviendo una ética
asentada en la vuelta del sujeto viviente que ha sido desplazado.
La dignidad es fuente de lucidez porque permite ver lo olvidado y
negado por oprimido. Supone repensar nuestra forma de percibir la realidad.
Rebellato retoma una expresión de Geertz y dice que la dignidad solo puede ser
captada recurriendo al método de las “descripciones
densas”[7] (o
gruesas) pues no se puede comprender fuera de un contexto de lucha y
alternativa.
Es necesario unir dignidades tejiendo redes. De allí la importancia
que da a la categoría de resonancia,
avanzar tejiendo vínculos con otras luchas, buscando respuestas y escuchando
ecos. Una ética de la dignidad se construye desde los lazos comunitarios.
Suele decirse que el atraso cultural bloquea el desarrollo político,
esto, además de ser una falacia, solo logra desvalorizar el saber y la cultura
popular. La resonancia nos hace replantear el proceso de constitución de los movimientos
populares, la conciencia política se genera desde la experiencia, la vivencia,
está ligada a la vida cotidiana, con nuestras historias de vida y con la
construcción de identidades. Los procesos de cambio que se gestan desde este
lugar se afianzan con más fuerza.
Por todas partes se hacen posibles nuevos terrenos de lucha. Las
subjetividades marginales, al ser producto y analistas de la tendencia de
mando, al ser los que padecen y conocen el poder con todo su rigor, son los que
mejor lo resisten.
Los caminos de la complejidad.
Las redes de la vida:
Rebellato apela al pensamiento complejo (Morín), supone un cambio en
nuestra percepción de la realidad y los valores, un cambio de paradigma.
Fritjof Capra también tiene una visión holística de la vida, dice: el hombre es
una hebra de la trama de la vida, parte de un sistema (ecología profunda),
desde la ecología social se plantea que algunas estructuras sociales son anti
ecológicas, por ejemplo: el imperialismo, el racismo, etc.
Capra propone un cambio, pasar de la asertividad hacia la integración.
La cultura occidental puso el acento en la tendencia asertiva que se rige en el
plano del pensamiento, el modelo racional, reduccionista, en el plano de los
valores, se sustenta en la expansión, la competencia, la dominación. La
integración, sin embargo, se rige por la intuición, la cooperación, se asienta
en la sustentabilidad, o sea, cambiar de jerarquías a redes en la organización
social. Unido a estas ideas se plantea el de estructuras disipativas (Illya Prigogine). La vida no puede
definirse por la tendencia al equilibrio, el equilibrio es la muerte. La vida
se desarrolla en términos de tensión entre estabilidad y transformaciones
permanentes pero ese desorden (caos), no le hacen perder su estructura
organizativa: es una estructura disipativa.
Pensar y actuar en redes, cambiar la dialéctica clásica por una dialéctica abierta: bifurcación, o sea,
procesos que se abren más que se cierran o sintetizan.
Maturana, por su parte agrega que la vida se define por el concepto de
autopoiesis= creación a sí mismo, a nivel humano esto implica un salto
cualitativo, todas nuestras acciones tienen un fundamento emocional, la emoción
que debe guiarnos es el amor, porque es la que hace al otro un legítimo otro en
la convivencia.
Rebellato para no caer en el reduccionismo de transferir los análisis
físico-matemáticos a los fenómenos sociales, introduce la categoría de subjetividad. ¿Qué es ser sujeto? Desde una ética de la autonomía,
señala algunas dimensiones de la subjetividad: a) ser sujeto es poder elegir;
b) ser sujeto no es ser solitario; c) es
poder ser autónomo; d) ser sujeto es formar parte de comunidades donde
construimos nuestra identidad, la autonomía se construye con otros; e) ser
sujeto es vivir la experiencia de la contradicción.[8]
Fritjof Capra plantea que la decadencia ocurre cuando una cultura se
vuelve demasiado rígida. Una nueva civilización supone un alto nivel de
flexibilidad, creatividad e imaginación, éste tipo de cambios son promovidos
por los movimientos anti- sistema, de una complejidad de redes.
Algunas corrientes sociológicas recurren a la categoría de “redes
sumergidas”[9],
porque los movimientos se van construyendo según esquema complejo.
Desde el paradigma de la complejidad, de la diversidad y de la multiplicidad se propone actuar en
redes, desarrollar vínculos afectivos, fortalecer las identidades. Pero también
se advierte que, a veces, desde los movimientos sociales se ahoga la
diversidad, se pierde contacto con los códigos éticos y culturales que les
dieron nacimiento. Es un paradigma en construcción, y los momentos de crisis
son propicios para su desarrollo. También se transforma la compresión lingüística
de la realidad: el pensamiento simplificador habla fundamentos, edificio, bases
y cimientos (terminología mecanicista, arquitectónica) por el contrario
pensadores como Deleuze y Guattari habla de flujos, líneas de fuga,
cartografía, espacio, meseta, rizoma, metáforas que aluden a multiplicidades.
Freire, por su parte, habla de un educador nómade, haciendo referencia a la
necesidad de no autocentrarse en su verdad, sino descentrarse, salir al
encuentro del otro.
[1]
García Canclini, Néstor. “Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales
de la globalización”. GRIJALBO. 1995. Pág. 13.
[2]
Para más información sobre este tema,
consultar Foucault, Michel. “Vigilar y Castigar nacimiento de la prisión”.
Siglo XXI
[3]
Fukuyama, Francis. “El fin de la historia y el último hombre” 1992.
[4]
Discurso: práctica de un conjunto de enunciados que responden a ciertas reglas
implícitas de exclusión y de inclusión, es decir, de qué es lo que dejamos
afuera y qué es lo que ponemos dentro.
[5]
Por eso la necesidad de anclarse en la vida cotidiana, ya que la fuerza de lo
habitual por efecto de la repetición, genera el adormecimiento de nuestro
sentido crítico.
[6]
Imaginario social es un concepto acunado por Cornelius Castoriadis y hace
referencia a las representaciones sociales encarnadas en sus instituciones, es
usado habitualmente como sinónimo de mentalidad, cosmovisión, conciencia
colectiva.
[7]
Descripciones densas: metodología y concepto desarrollado por el antropólogo
Cliffort Geertz como método alternativo
para el análisis del comportamiento social, los rituales para desenterrar todas
las capas de sentido social con el fin de lograr una interpretación holística
de lo que los diferentes aspectos de la sociedad significan para quienes
participan en ello.
[8] Para
ampliar éste tema, consultar bibliografía: Rebellato José Luis. Ética de la
Liberación. Editorial Nordan-Comunidad, 2000, Pág. 39 en adelante.
[9] Las
organizaciones tienden a ser cada vez más horizontales, menos jerarquizadas,
más flexibles, con múltiples nodos y conectadas a numerosas microrredes
o células que pueden ser rápidamente activadas, a éstas microrredes Alberto
Melucci las llama “redes sumergidas”.
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