jueves, 5 de noviembre de 2015

ICAM : 1er. año

Oratoria, Discurso Persuasivo y Retórica Clásica:
Partes del discurso:
La estructura de todo texto argumentativo responde a un esquema básico: hecho – hipótesis – demostración.
Los antiguos retóricos concibieron un orden muy estricto en la presentación de las partes del discurso argumentativo. Los textos argumentativos modernos no responden a ordenaciones estructurales rígidas; sin embargo, los elementos sustanciales de toda argumentación siguen siendo los que Aristóteles indicó en su Retórica[1] del S. IV a. C.
¿Cómo debía estar organizado un discurso persuasivo de acuerdo con la antigua retórica?
1)      Exordio: presentación tanto dele tema como de las intenciones del emisor. Es el momento en el que, además, se desenfundan las primeras armas para captar la atención del destinatario a los efectos de predisponerlo bien  para la persuasión. Es común que el emisor aproveche la ocasión para afirmar la importancia del tema que está por tratar.
2)      Narratio o narración de los hechos: el emisor narra brevemente el hecho que sirve de punto de partida para su argumentación y presenta la hipótesis que tiene sobre el tema.
3)      Divisio o Plan de argumentación: el plan argumentativo se va constituyendo a partir de la formulación de interrogantes acerca de cuál es la posición particular frente al problema, cómo se ordenaría los razonamientos que apoyan un determinado punto de vista, si incluiría o no argumentos contrarios y cuándo los citaría.
4)      Argumentatio: es el momento de la argumentación propiamente dicha. Se trata de la secuencia de argumentos puntuales que el orador utiliza en defensa de su posición. El emisor confronta la hipótesis con las pruebas que eligió para confirmarla. Puede incluir la refutación de posibles argumentos contrarios.
5)      Confirmatio o Confirmación (o también llamada ampliación de los argumentos): El emisor confronta la hipótesis con las pruebas que eligió para confirmarla. Puede incluir la refutación de posibles argumentos contrarios.
6)      Peroratio o Epílogo: es el momento de cierre del discurso. Se hace un resumen del tema, se recuerda la hipótesis y se presenta la conclusión. Al mismo tiempo, se vuelve a apelar al receptor con el propósito de verificar que la persuasión haya sido eficaz o para reforzarla en el caso de que no se hubiera conseguido el fin perseguido.
Los textos argumentativos actuales no siguen este esquema tan inflexible, pero incluyen casi todos elementos. La gran diferencia consiste en que actualmente no se explicita a los destinatarios el plan del texto (esta instancia queda reservada al proceso de planificación previa).
En síntesis, todo texto argumentativo incluye un tema general, un punto de partida o hecho particular de la realidad que da origen al texto y la posición particular del autor, indistintamente llamada hipótesis, opinión, tesis, perspectiva, etc.
Además, presentan una serie de argumentos particulares orientados a justificar y/o demostrar la verdad o adecuación de la hipótesis del autor. El autor también puede utilizar contraargumentos cuando polemiza con razonamientos argumentativos contrarios.
Por último, los textos argumentativos son siempre conclusivos, es decir, los autores presentan siempre un cierre en el que expresan la finalidad de su razonamiento y a veces también resumen los pasos de su argumentación.
El orden de éstos elementos puede variar de acuerdo con el género textual, la temática a la que pertenezca, el estilo del autor y la situación comunicativa particular en la que el texto se desenvuelve.



[1] La lógica retórica fue definida por Aristóteles como “el arte del buen decir”.

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