viernes, 29 de abril de 2016

Condiciones de la responsabilidad moral. La libertad

Capitulo tres (Brunet)
1. 



a)      Visión clásica de la responsabilidad moral, aportes de Jean Piaget
b)      La estructura del acto moral, aportes del psicoanálisis, postura de Aristóteles y Kant.



2.       Libertad,  tres aspectos de la libertad, Fromm, Isaiah Berlin: Libertad negativa y positiva,  posturas deterministas, Jean Paul Sartre.

3.       Valoración: posturas  de Sartre y  Scheler,  relación entre bienes y valores.



4.       Respecto a los valores: Visión superadora de R. Frondizi; Relativismo Cultural; Universalismo y Etnocentrismo.

5.       Augusto Hortal: coordenadas éticas de la profesión docente, contribución de los docentes a mejorar la calidad de vida: tres principios.


6.       Augusto Hortal: realizar la actividad consignada  en la guía de trabajo n°3, tomando todas las frases citadas.


7.       Joaquín García Roca: cuestiones éticas para el ejercicio de la acción social. Relación de ayuda. Experiencia de la dignidad. Horizonte de la justicia.


viernes, 22 de abril de 2016

ÉTICA PLATÓNICA


 
La ética platónica mantiene una estrecha relación con su visión antropológica y metafísica. Alma y cuerpo constituyen dos elementos no sólo distintos, sino irreconciliables entre sí: el cuerpo es la cárcel del alma, el lugar donde ésta se hace esclava de lo material y lo pasional. Mientras el hombre permanezca ligado a su cuerpo, se encontrará incapacitado para la felicidad y para el verdadero conocimiento. Alcanzar estos sólo será posible si dominamos nuestra parte material.

LA VIRTUD COMO SABIDURÍA

A la doctrina que equipara sabiduría y virtud se la denomina intelectualismo éticoy ya fue formulada por Sócrates, en un intento de superación del relativismo de losSofistas. Los conceptos morales no son fruto de una convención o pacto entre hombres, ya que se refieren a realidades existentes y permanentes (ideas) que son independientes de la razón y la voluntad humanas. Sin embargo, es a través de la razón como el hombre puede tomar contacto con la realidad moral, realizándola en su persona. 

A la manera socrática, Platon afirma que sólo el sabio es el virtuoso, porque únicamente conociendo qué es la virtud, es decir, la idea a la que se refiere el concepto "virtud", hay posibilidad de serlo en la vida práctica. El saber y la virtud coinciden y se necesitan recíprocamente.
Lo Justo en sí, la bondad en sí, la prudencia, etc., esto es, los valores morales existen por sí mismos, y por ello es posible definirlos objetivamente y, una vez conocidos, llevarlos a cabo en la vida práctica. El sabio no podrá ser malo, ya que el mal es fruto de la ignorancia, un defecto que no radica en nuestra naturaleza sino en el no cumplimiento de lo esencial de nuestra naturaleza (la racionalidad).

LA VIRTUD COMO PURIFICACIÓN
Aquí reaparece con toda violencia el antihedonismo platónico: los placeres materiales y corporales no sólo no coducen a la felicidad, sino que incluso nos la impiden. Virtuoso y feliz será aquel que purifique su alma de las pasiones y "desórdenes" del cuerpo y se vuelque hacia el mundo eidético, el único capaz de realizar humanamente a el hombre.

"Purificarse es separar lo más posible el alma del cuerpo, acostumbrar al alma a dejar la envoltura del cuerpo, para concentrarse en sí misma, a solas consigo" (Fedón, 67,e.)

"La realidad verdadera es que la templanza, la justicia y la virtud no son sino purificaciones de todas las pasiones, y hasta el pensamiento es quizá un medio de purificación" (Fedón, 69,b.)

LA VIRTUD COMO ARMONÍA ENTRE LAS TRES PARTES DEL ALMA

La virtud puede entenderse tambien como un equilibrio y armonía entre las distintas partes del alma. Debe desarrollarse tal acuerdo entre ellas que se unifiquen los distintos elementos que conforman el compuesto humano, sometiéndolos a la razón. Es esta la única que puede regir esta armonización:

La razón no tiene más que un camino a seguir en sus indagaciones; mientras tengamos nuestro cuerpo, y nuestra alma esté sumida en esta corrupción, jamás poseeremos el objeto de nuestros deseos; es decir, la verdad.
En efecto, el cuerpo nos pone mil obstáculos por la necesidad en que estamos de alimentarle, y con ésto, y las enfermedades que sobrevienen, se turban nuestras indagaciones. Por otra parte, nos llena de amores, de deseos, de temores, de mil quimeras y de toda clese de necesidades; de manera que nada hay más cierto que lo que se dice ordinariamente: que el cuerpo nunca nos conduce a la sabiduría. Porque ¿de dónde nacen las guerras, las sediciones, los combates? Del cuerpo, con todas sus pasiones. En efecto; todas las guerras no proceden sino del ansia de amontonar riquezas, y nos vemos obligados a amontonarlas a causa del cuerpo, para servir como esclavos a sus necesidades.

He aquí por qué no tenemos tiempo para pensar en la filosofía; y el mayor de nuestros males consiste que en el acto de tener tiempo y ponernos a meditar, de repente interviene el cuerpo en nuestras indagaciones, nos embaraza, nos turba y no nos deja discernir la verdad. Está demostrado que si queremos saber verdaderamente alguna cosa, es preciso que abandonemos el cuerpo, y que el alma sola examine los objetos que quiere conocer. Sólo entonces gozamos de la sabiduría, de que nos mostramos tan celosos; es decir, después de la muerte, y no durante la vida. La razón misma lo dicta : porque si es imposible conocer nada en su pureza mientras vivimos con el cuerpo, es preciso que suceda una de estas dos cosas: o que no se conozca nunaca la verdad, o que se conozca después de la muerte, porque entonces el alma, libre de esta carga, se pertenecerá a sí misma; pero mientras estemos en esta vida no nos aproximaremos a la verdad sino en razón de nuestro alejamiento del cuerpo, renunciando a todo comercio con él y cediendo sólo a la necesidad.

PARTES DEL ALMA
RACIONAL
(nous, lógos)
IRASCIBLE
(Thymós)
APETITIVA
(epithymía)
CARÁCTER
Inmortal
Mortal 
Mortal 
SITUACIÓN
Cabeza
Tórax
Estómago 
VIRTUDES
Prudencia, sabiduría
(Phrónesis, sophía)
Fortaleza, valor
(andreía)
Templanza
(Sophrosyne) 
CLASES
SOCIALES
Gobernantes-filósofos
Guardianes
Productores 

Esta división del alma le permitirá justificar la desigualdad social: ésta tiene un origen natural. Los hombres deben pertenecer a una clase social u otra dependiendo de la clase de alma predominante en ellos. En el cuadro de arriba se muestra un esquema de la correspondencia entre las clases de alma, sus virtudes inherentes y la clase social a la que pertenecen.
----

LA ÉTICA SOCRÁTICA

 
 
Sócrates (siglo V a.n.e.) representa en la historia de la filosofía el intento de establecer criterios racionales para distinguir la verdadera virtud de la mera apariencia de virtud. En esto podemos afirmar que se separa de los sofistas que defendían posiciones individualistas y relativistas que conducían al escepticismo respecto a la noción de virtud.
  Lo que preocupa a Sócrates es la cuestión de cuál es la excelencia propia del ser humano y, en consecuencia, de qué modo debiéramos conducir nuestras vidas. Los sofistas identificaban la excelencia humana con el éxito político, y a su vez el éxito político- en un sistema democrático asambleario como el ateniense- dependía en gran medida del dominio de la elocuencia, del dominio del arte de convencer por medio de artificios retóricos. En cambio Sócrates apuesta por la búsqueda continua de la verdad a través del diálogo y la reflexión. No valora el dominio de la retórica, sino que desea hacer su modesta aportación a la comunidad a través de la ironía y de las preguntas críticas (por ello le llamaban el tábano de Atenas).
  Aunque no dejó nada escrito podemos reconstruir algunas de sus aportaciones:
     1. La excelencia humana se muestra ante todo en la actitud de búsqueda del verdadero bien, puesto que sólo quien llega a conocer dicho bien puede ponerlo en práctica. En consecuencia, el primer paso para alcanzar la perfección moral es el abandono de actitudes dogmáticas y escépticas – que son producto de la pereza-, y la consiguiente adopción de una actitud crítica que solo se deja convencer por el mejor argumento.
    2. Dado que la verdad sobre el bien humano es una meta que continuamente hemos de estar persiguiendo, cabe preguntarse si acaso no será ilusorio creer que la alcanzamos en cada momento. La respuesta de Sócrates es que la vedad habita en el fondo de nosotros mismos, y que podemos llegar a ella mediante la introspección y el diálogo. Se cuenta que, en su juventud, nuestro autor adoptó como lema de su vida la inscripción que figuraba en la fachada del templo de Apolo en Delfos:"Conócete a ti mismo". De este modo, el autoconocimiento fue para él la vía idónea para penetrar en los misterios de todas las cosas, incluidas las cuestiones morales. Pero en este proceso de "alumbramiento de la verdad" nos podemos ayudar mucho unos a otros, de un modo semejante a como algunas personas ayudan a las parturientas a dar a luz. Este símil sirvió de base para que Sócrates llamase mayéutica (es decir, el arte de ayudar a parir) a su propio método de diálogo encaminado a la búsqueda de la verdad.
   3. A pesar de que toda verdad encontrada mediante el método mayéutico es provisional, revisable, nunca fijada dogmáticamente, constituye no obstante un hallazgo cuya validez sobrepasa las fronteras de la propia comunidad en la que se vive. Se trata de verdades encontradas por unos pocos estudiosos, pero que pueden valer universalmente, como orientación para todos los hombres, y que en un momento dado pueden servir como constancia crítica frente a las normas de la propia comunidad.
   4. El objetivo último de la búsqueda de la verdad es la asimilación de los conocimientos necesarios para obrar bien, y de este modo poder alcanzar la excelencia humana, o lo que es lo mismo: la sabiduría, o también: la felicidad o vida buena. Estos conceptos están tan ligados en Sócrates que llegó a sostener que nadie que conozca realmente el verdadero bien puede obrar mal. Esta doctrina se llama intelectualismo moral y consiste en afirmar que quien obra mal es en realidad un ignorante, puesto que si conociera el bien se sentiría inevitablemente impulsado a obrar bien. De ahí la importancia de la educación de los ciudadanos como tarea ética primordial, puesto que sólo si contamos con ciudadanos verdaderamente sabios podemos esperar que serán buenos ciudadanos.
Fuente: http://www.acfilosofia.org/materialesmn/filosofia-y-ciudadania-3013/filosofia-moral-y-politica-democracia-ciudadania/424-la-etica-socratica

martes, 19 de abril de 2016

Sociología Rural. 5to. año - Relación urbano - rural

17/12/13
Relación urbano-rural
La concepción tradicional que distinguía claramente entre mundo rural y mundo urbano está siendo revisada, a la luz de un sistema regional, nacional e internacional interrelacionado económica, social, cultural y ambientalmente.  
Hasta hace poco, y todavía en bastante medida, lo rural se consideraba como lo “no urbano” y se medía en relación con la densidad de población, la especialización sectorial, determinadas pautas culturales, modos de vida, tamaño poblacional o condiciones administrativas. Estas definiciones son limitadas, y desconocen tanto la naturaleza del territorio como la importancia de las interacciones rural-urbano. Además, presuponen una homogeneidad de situaciones tanto entre las unidades territoriales urbanas como entre las rurales que, en muchos casos, está muy lejos de la realidad. Por otra parte, la revolución de los transportes y las telecomunicaciones ha originado una nueva concepción del espacio y ha venido a reinterpretar conceptos como límite y frontera, que pasan de ser considerados espacios de separación, a ser espacios de unión de ambas realidades. 

De un tiempo a esta parte, además, ha emergido la noción de ventaja competitiva del territorio, entendida como la necesidad de aprovechar las capacidades e identidad de un territorio determinado, a la hora de mejorar su posicionamiento en el marco global. Es otra razón añadida para defender un concepto de territorio que supere los actuales límites geográficos y administrativos que lo han delimitado tradicionalmente, y haga aflorar nuevas oportunidades. 
La concepción tradicional de los flujos entre el mundo rural y el urbano cataloga a la ciudad como una gran consumidora de recursos en sentido amplio, (alimentos, energía, agua, espacio, materia gris…) y una enorme generadora de residuos (residuos sólidos urbanos, residuos industriales, aguas negras y grises, contaminación de diferentes tipos, demanda de CO2…).
Evidentemente, esta concepción muestra un notable desequilibrio entre ambos tipos de áreas que es importante cambiar considerando la existencia de diferentes relaciones de interdependencia debidas al intercambio de actividades económicas y a las conexiones entre zonas rurales y urbanas. Es necesario promover las sinergias entre el desarrollo integrado de ambos territorios, más que continuar considerándolos como sectores autónomos y en desigualdad de condiciones. En otras palabras, es necesario fomentar la capacidad de retención y atracción de recursos estratégicos como factor de éxito en la construcción de ventajas competitivas para el mundo rural.
Se trataría de sustituir la separación tradicional entre el campo y la ciudad por un escenario de profunda imbricación territorial de ambos, que permitiera abordar el reto común de construir territorios inteligentes e interrelacionados, donde la eficiencia, la competitividad y la equidad se aúnen con los criterios de sostenibilidad. 
Hoy hay una búsqueda de las singularidades y especificidades que conforman los valores y la cultura tradicionales del mundo rural y también del urbano. Muchos de los valores y atributos del mundo rural son identificados dentro del imaginario colectivo como auténticos. A ello se unen una serie de intangibles que se asocian idealmente a las áreas rurales, como la mayor calidad de vida, la tranquilidad, la menor contaminación, la amabilidad de sus gentes, las tradiciones y simbolismos, el patrimonio construido, etnográfico o cultural existente, la posibilidad de otros ritmos temporales, la dimensión de cercanía, etc. 
Desde hace un tiempo, se viene produciendo un proceso de mercantilización (commoditization) de las áreas rurales, que empiezan a ser demandadas como un elemento clave de consumo social. Este cambio introduce importantes desafíos para las mismas, ya que las obliga a una nueva organización del sistema productivo y social, y a pasar de una economía basada en la producción material a una economía que incluya la sostenibilidad; la gestión del conocimiento y los servicios; y la creatividad.  Sería oportuno, en ese sentido, desarrollar la ruralidad como un escenario de servicios ambientales, sociales, culturales, institucionales y económicos que conecta, de forma equilibrada y sostenible, a los actores sociales y al territorio con los sistemas urbanos y con los naturales.
Por su parte, las ciudades se pueden constituir en lugares de paso o en mercados finales para los productores de un territorio rural. Asimismo pueden ofrecer bienes y servicios al mundo rural o constituirse en un demandante de mano de obra proveniente del territorio. La existencia de una ciudad en el territorio, confiere a éste una ventaja comparativa respecto a otros territorios rurales que no cuentan con un núcleo urbano: la presencia de ciudades intermedias en los territorios favorece los vínculos con mercados dinámicos, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, aunque con frecuencia a costa de una mayor concentración del ingreso. 
Cuanto más variadas sean estas interrelaciones rural-urbano, mayores oportunidades existirán para plasmar oportunidades de generación de ingresos para un mayor número de habitantes del territorio.
No obstante, en la actualidad, el balance actual neto medio urbano-medio rural está desequilibrado, por lo que es necesario cambiar las prácticas de sustracción campo-ciudad por otras de complementariedad y de búsqueda del equilibrio entre los flujos, reconociendo, valorando y cuantificando económica y socialmente la relevancia de los intercambios. 
Un modelo de territorio rural-urbano integrado y sostenible se basa en la clara definición de la naturaleza y funcionalidad de cada una de las unidades territoriales o  teselas del mosaico territorial, así como de las interrelaciones entre ellas.  Para cada una de estas unidades se deben establecer nítidamente su especialización, los usos permitidos y su capacidad sustentadora en función de la matriz biofísica que la sustenta y de las actividades pasadas, presentes y futuras. 
El territorio resultante ha de ser coherente, multifuncional, complejo y eco-socialmente cohesionado. Tendrá carácter polinuclear con núcleos poblacionales de diferente tamaño, pero que dan lugar a espacios integrados, articulados en redes de geometría variable que permiten la accesibilidad a distintos servicios y con espacios de transición entre lo rural y lo urbano, entre el campo y la urbe, conocidos y reconocidos, puestos en valor e insertados en la malla territorial. Al mismo tiempo, garantizará la identidad de los territorios: ciudades compactas respetando la esencia de un espacio agrario y natural extenso y productor de bienes y servicios materiales y espirituales. 
Es clara la necesidad de sistemas de indicadores que dimensionen correctamente la ruralidad, ya que no están adecuadamente consideradas dinámicas endógenas, de pequeña escala (familiar, pymes) y con tinte territorial local (mercados locales y regionales) (Díaz Porras, 2013).
Un territorio es rural cuando su especificidad es su dependencia de los recursos naturales y su base económica se estructura alrededor de la oferta ambiental en que se sustenta. Esta definición rompe con el dualismo urbano-rural propio de las definiciones tradicionales y establece una nueva forma de relación de densidades, incluyendo concentraciones poblacionales que forman parte de territorios rurales, de centros urbanos con funciones rurales, al tiempo que incluye todos los sectores económicos que tienen lugar en este tipo de territorios, más allá de las actividades agrícolas o de sus encadenamientos directos”. (Echeverri, 2011).
Es razonable, en ese sentido, pensar en el territorio como un mosaico en el que la coherencia y la fuerza de cada uno de sus espacios, en un contexto sistémico, permitan alcanzar altas cotas de eficiencia, sostenibilidad y gobernabilidad  que los conviertan en territorios “inteligentes”. 
Para que este modelo sea una realidad hay que avanzar, lógicamente y de manera complementari, en una serie de dinámicas de cambio que implican la puesta en marcha de procesos de gobernanza multinivel, planificación dinámica, aprendizaje social, educación en valores, evaluación de resultados.
La complejidad de esos cambios, junto con el hecho de que la realidad territorial actual ha sido fruto de un proceso complejo y largo en el tiempo, hace que, en la mayoría de los casos, se necesiten periodos de medio y largo plazo para nuevas configuraciones territoriales. 

Fuentes de referencia:
Dinámicas territoriales rurales, mercados y estructuras productivas. Serie claves para el desarrollo territorial.
Desarrollo territorial rural. Alexander Schejtman y Julio A. Berdegué
Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. 2004. www.ibcperu.org/doc/isis/15070.pdf
Inmaculada Caravaca, Gema González*, Rocío Silva*: “Innovación, redes, recursos patrimoniales y desarrollo territorial”, Revista eure (Vol. XXXI, Nº 94), pp. 5-24, Santiago de Chile, diciembre 2005
Hacia una nueva definición de “rural” con fines estadísticos en América Latina. CEPAL.  http://www.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2011/08534.pdf
Libro Verde de Sostenibilidad urbana y local en la era de la información. Gobierno de España.


Sociología Rural, pequeño comentario



...Alejándonos de los orígenes un poco, avanzando en el tema, y teniendo en cuenta las corrientes de pensamiento más difundidas en América Latina, podemos decir que en Sociología hay tres importantes matrices de pensamiento:

1. Paradigma dominante: representado por las llamadas teorías del orden o no críticas, aquí se ubican: el positivismo y el estructural -funcionalismo. Representantes destacados: Comte, Durkheim, Weber, Parsons.
Para éstas teorías la sociedad tiende naturalmente al equilibrio. 
Entiende el cambio como movimiento constante hacia el progreso (visión lineal del progreso social). Las normas y valores son representativos de los intereses generales
Los desequilibrios y conflictos son entendidos como asincrónicos.
Los sujetos cumplen una función necesaria para el conjunto social.
Niegan la existencia de otras formas de entender la realidad social.

2. Teorías reproductivistas: si las teorías del orden no cuestionan la realidad social, las reproductivistas se preguntan ¿Cómo es que siendo tan injusto el sistema, se mantiene?, ¿Qué mecanismos o dispositivos sociales producen este efecto?
Estas teorías ponen el énfasis en el análisis de los mecanismos de reproducción de la estructura social y de la cultura dominante.
Esta corriente de pensamiento fue muy difundida en las universidades latinoamericanas durante la década del ´60.
Representantes destacados: Althusser, Bourdieu, Passeron, Bowles, y otros. 
Retoman aportes del marxismo y de la Esc. de Frankfurt.
3. Teoría crítica emergente: sin negar el poder de los dispositivos de reproducción, recupera la capacidad de intervención de los sujetos.
Las personas, para esta linea de pensamiento, son actores sociales, con capacidad para intervenir.
La relación entre sujeto y estructura social no es determinante, sino dialéctica.
Somos sujetos históricos que construimos nuestro mundo (Gramsci).
Creen en la capacidad del ser humano para transformar la realidad
Representantes: P. Freire, Apple, McLaren, Giroux.

Ética Profesional

Actividad:
  • Realiza un cuadro de doble entrada comparando la ética de los tres filósofos vistos (Sócrates, Platón y Aristóteles), que incluya los siguientes ítems: concepto de virtud, origen de los valores, forma de adquirir la virtud.
Lecturas recomendadas:  
  • Cuadernillo.
  • "Ética nicomaquea", Aristóteles.
  • "la República". Platón