El trabajo de
investigación y su presentación formal
Etapas o momentos en
el proceso de investigación:
A la hora de hacer frente a un trabajo de investigación,
debemos antes que nada elegir un método que nos permita alcanzar el objetivo
propuesto. El método seleccionado entre todos los posibles debe ser el más
flexible, el que mejor se adapte a las distintas etapas del proceso de
investigación, ya que, durante el mismo, como investigadores, podemos ir y
venir; podemos superar los distintos planteamientos, formular otros, pasar de
un nivel teórico a uno empírico o viceversa, de lo concreto a lo abstracto,
precisar las formulaciones, reformular, etc.
Cada método tiene una lógica de etapas o momentos
concatenados que debemos respetar a la hora de encaminarse en una
investigación. Estas son:
1.
Selección del tema a investigar,
2.
Planteo del problema,
3.
Estructuración del marco teórico y conceptual,
4.
Formulación de hipótesis y selección del método
a utilizar,
5.
Operacionalización de las variables,
6.
Elección del instrumental de recolección de
datos y selección de la muestra (trabajo de campo)
7.
Resumen y análisis de los datos.
Frente a la elección
del tema, se recomiendan cuestiones como:
a-
Sentir interés personal por el tema
seleccionado, que éste sea sencillo y no esté ligado a otro tema de importancia
con el cual se confunda, se complique o que implique mayor tiempo de trabajo.
El interés debe ser genuino, ya que eso genera una actitud comprometida,
crítica y persistente para poder concluir satisfactoriamente el trabajo iniciado.
b-
Que las fuentes y la bibliografía sean
accesibles al alcance físico y material y, a su vez, sean manejables.
c-
En la medida de lo posible, mantener entrevistas
o acceder a informes y/o artículos de expertos en el área en la que se
circunscribe el tema. Revisar la bibliografía de los libros, enciclopedias y
catálogos de librarías y, por supuesto, revisar los ficheros en bibliotecas
físicas o virtuales. Esto se denomina factibilidad,
que es la posibilidad de realizar el proyecto en la medida en que existan
realmente las fuentes de información, los medios para acceder a ella y el
tiempo necesario y requerido.
d-
Para ello es importante que el tema quede bien
delimitado y acotado - por ejemplo, en tiempo y en espacio-, tener muy claros
sus límites (dado el tiempo previsto para la investigación). Es decir: es
necesario delimitar, además, el tema y los subtemas de estudio; los distintos
puntos de vista y las diferentes teorías al respecto. Por ejemplo: si quieren
trabajar sobre Fútbol (tema general), se deberá acotar en dónde (la Argentina),
en qué periodo histórico, (los dos últimos mundiales), el tema relacionado a la
hipótesis (la relación entre el aliento de la hinchada y el resultado de los
partidos), los subtemas que se concatenan y los diferentes puntos de vista de
autores reconocidos que hay sobre el objeto de estudio.
Es importante, también, que se puedan
distinguir las semejanzas y diferencias con otros temas, para determinar cuál
es la importancia de nuestro objeto y poder visualizar las razones por las cuales
el tema merece ser trabajado (utilidad).
e-
No es necesario que el tema sea absolutamente
original. Todo tema claro y acotado es útil a la hora de aplicar los métodos de
investigación, y es de importancia en la medida en que constituya un aporte
para esclarecer algún aspecto significativo con enfoques diferentes a los ya
tratados. A esto se denomina utilidad y
duplicidad,, es decir, la utilidad de investigar el tema, sumada a que, si
bien el tema ya fue tratado, el enfoque y los métodos son distintos.
f-
Que sea un tema relevante no solamente para uno
como investigador sino también para otras personas. Muchas veces un trabajo de
investigación puede ser el puntapié para proponer cambios a situaciones que
perjudican a otros.
En lo que atañe al Planteamiento
del Problema debemos hacer hincapié en varias cuestiones:
a-
Plantear un problema implica reducirlo en sus
aspectos y relaciones más significativos para poder iniciar el estudio. primero
se plantea en términos generales, poco precisos y en la medida que se avanza en
el proceso, a través de la consulta de datos empíricos y la revisión de los
conceptos teóricos sobre el tema, ´éste se puede ir precisando más claramente.
b-
El problema debe expresar relación con una o más
variables.
c-
El problema debe formularse claramente y sin
ambigüedades y debe plantearse de manera que pueda ser comprobado
empíricamente. ¿Qué puedo probar con mi estudio? esta sería la pregunta a
plantarse a la hora de presentar el problema.
La hipótesis
del trabajo será la explicación provisoria elegida – entre varias opciones y
explicaciones posibles- que mejor se relacione con el problema planteado y que,
fundamentalmente, pueda ser contrastada empíricamente. La hipótesis debe ser
simple en relación con el tema a resolver, pero es la guía troncal de la
investigación y será comprobada de acuerdo con el método seleccionado, en el
transcurso de todo el trabajo. En la conclusión final se establecerán los
resultados obtenidos.
Una vez que tenemos la hipótesis será necesario que:
·
Se señalen los límites teóricos del problema. A
esto se lo denomina marco teórico,
referencial o conceptual. Se deben definir los distintos conceptos que se
consideran de importancia para el tema elegido, separarlos de los menos significativos.
Este marco teórico, es el conjunto de conceptos y proposiciones que permiten
abordar el problema de estudio y, a la vez, permiten sostener, argumentar y dar
fuerza a la hipótesis planteada. Esto se logra a partir de la consulta del
material teórico conceptual (bibliográfico) disponible sobre el tema, sumado a
la información empírica obtenida a partir de la consulta de investigaciones
previas, informes de revistas, estadísticas, entrevistas, etc.
·
Se acota el problema y la investigación, desde
el punto de vista temporal y espacial en nuestro caso, situándolo en el
contexto sociopolítico, económico e histórico.
·
Se definen las unidades de análisis o de
observación, es decir, se detallan las características fundamentales que debe
reunir cada elemento que constituye el objeto de estudio.
·
Se establecen las variables que operarán en el
transcurso de la investigación.
Como vemos la hipótesis es un instrumento que utilizamos en
todo trabajo de investigación para establecer una conexión entre la teoría y la
indagación empírica que confirmará, modificará o refutará la hipótesis planteada.
Para ello es necesario trabajar con la operacionalización
de las variables, que consiste en desglosar, desmenuzar – a partir de un
proceso de deducción-
en sus distintas dimensiones a todas las variables; y a las dimensiones, en indicadores.
Una vez planteada la hipótesis debemos implementar el método
de investigación seleccionado que permita ir comprobando la validez de la afirmación
a partir de los hechos observados. Para ello es importante encarar el proceso
de recolección de datos que supone
una previa distinción entre el dato pertinente y el no pertinente. El dato
pertinente es el que es útil para la investigación porque sirve para probar,
rectificar o negar nuestra hipótesis y para justificar o descalificar los métodos
utilizados.
La etapa de recolección de datos puede incluir la metodología cualitativa (entrevistas en
profundidad, observación directa), es decir, la que pone el énfasis en la
calidad de los datos; o la metodología
cuantitativa, que prioriza la
cantidad de datos recolectados (estadísticas y encuestas). Tambien se puede
realizar una combinación de ambos métodos de recolección. Una vez establecido
este paso importante para la investigación se procederá a la interpretación de
los datos analizados y a la formulación de las conclusiones. Una vez comprobada
o no la hipótesis se procederá a la redacción final del trabajo.